La pasta y los spaghetti es uno de los ingredientes estrella de nuestro día a día. Riquísima, sana, ligera y sencilla de cocinar; la combinación de estas características la ha llevado a hacerse un hueco preferente en prácticamente todas las dietas del mundo.
Aliméntate de spaghetti y pasta, es más sano de lo que pensabas
Sin embargo, a veces parece que en nuestra vida cotidiana, la pasta tiene que limitarse a los típicos macarrones o spaghetti con tomate.
Algunas familias incluso la evitan, por asociarla a comida rápida y poco natural, pero craso error. En efecto, la pasta puede prepararse en un abrir y cerrar de ojos, pero no por ello ha de perjudicar nuestra salud, más bien al contrario.
Al estar elaborada a base de harina de trigo, la pasta tiene un contenido muy elevado en hidratos de carbono, y apenas nada de grasa.
Esto lo convierte en un alimento ideal para proporcionar al cuerpo una energía que va a consumirse lentamente, perfecta para personas que tienen que llevar a cabo algún esfuerzo físico o mental. Se digiere fácilmente y ayuda a mantener a raya el colesterol y el azúcar en sangre.
La pasta solo tiene beneficios
En contrapartida, sus dos carencias más importantes son las vitaminas y proteínas. Por eso y para una dieta equilibrada, es fundamental combinar recetas a base de pasta con otras que incluyan carne, pescado y verdura. ¡Y fruta, por supuesto! O lo que es lo mismo: la dieta mediterránea.
Lo siguiente que debemos saber es que “existe vida” más allá de los macarrones y spaghetti, como Italia, cuna de este alimento, nos ha regalado una variedad enorme de pastas que pueden acompañarse de muchísimas salsas distintas, para seguir comiendo sano sin aburrirnos nunca.
Os dejamos aquí algunos ejemplos para añadir más originalidad a vuestro carrito de la compra a partir de ahora, así que toma nota.
Clases de pasta y de spaghettis
- Penne: pasta en tubos rectos, estriado por fuera y cortado al sesgo.
- Tortiglioni: pasta en tubos rectos con estrías ligeramente enroscadas.
- Rigatoni: pasta en tubo, levemente curva, con estrías paralelas.
- Gnocchi: ¡es pasta de patata! Se hace a partir del puré de este tubérculo, mezclándolo con harina y dándole una forma ovalada.
- Fusilli: “espirales”. Suelen ser un recurso muy habitual en ensaladas.
- Farfalle: las clásicas “mariposas” o “lacitos” con bordes dentados.
- Creste de galli: una apuesta muy original. Se llaman así porque son idénticas a la cresta de un gallo.
- Ballerini: un tipo muy poco habitual en nuestras casas, con forma cónica y enroscada.
- Ziti: una especie de spaghetti ancho con un agujero en el medio.
- Bucatini: como los ziti, pero más estrechitos.
- Pappardelle: bandas anchas y planas de pasta, que pueden llegar a medir 2,5 cm de ancho.
- Tagliatelle: banda plana de hasta 8 mm de ancho.
- Fetuccine: pasta plana y alargada de 6 mm de ancho.
- Linguine: muy similar a los fetuccine, pero más estrechos (3 mm de ancho).
- Ravioli: es una pasta de relleno variado en forma de cuadrado dentado.
- Tortellini: un paquetito anudado que puede ir relleno de carne, queso parmesano y otros.
- Tortelloni: una variedad más grande del tortellini, que se suele rellenar de requesón y espinacas.
- Panzerotti: tampoco es algo que veamos mucho en España. De rellenos variados (queso, jamón…) tienen forma de media luna.